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Por qué el agua debe ser punta de lanza de la nueva cooperación española

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    Comunidad de Planes de La Brea, Municipio de Santa Rita en Honduras. Fotografía facilitada por AECID

España, como referencia mundial en la gestión del agua, tiene una larga historia de cooperación internacional en esta materia. Este recorrido tuvo uno de sus mayores hitos con la creación, en 2008, del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, que nació con el objetivo de impulsar programas de fortalecimiento institucional, desarrollo comunitario y promoción de servicios de agua y saneamiento en América Latina y el Caribe. El Fondo impulsa una cartera total de 1.600 millones de euros en 18 países, con el fin de cumplir los derechos humanos al agua y al saneamiento y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Esta semana teníamos la oportunidad de abordar este tema en iAgua con Ángeles Moreno Bau, nombrada el pasado mes de febrero secretaria de Estado de Cooperación Internacional. Moreno Bau nos explicaba como ha respondido la Cooperación Española a la emergencia sanitaria: actuaciones de emergencia en barrios sin acceso a agua y saneamiento; establecimiento de puntos de agua en puntos críticos como centros de salud, escuelas, mercados, plazas públicas y residencias de mayores; refuerzo a los operadores ante la posible disminución de ingresos por la demora en los pagos y apoyo a las juntas comunitarias que gestionan los servicios rurales. En definitiva, una reordenación de prioridades que no ha hecho más que comenzar y que, con toda seguridad, tomará velocidad de crucero en los próximos meses.

Es un buen momento para reivindicar la necesidad de una cooperación en materia de agua fuerte y bien dotada económicamente

En este sentido, es un buen momento para reivindicar la necesidad de una cooperación en materia de agua fuerte y bien dotada económicamente. España dispone de conocimiento, profesionales, empresas y tecnología más que suficientes para ayudar a que cientos de millones de personas tengan una vida más digna accediendo a agua y saneamiento seguros. En la lucha por este objetivo, es también clave fomentar una colaboración público-privada que permita movilizar recursos financieros y mejorar la eficiencia de los proyectos que se acometan.

El retorno a este esfuerzo compensará sobradamente la inversión. Y es que como nos decía la Secretaria de Estado: “Un mundo con acceso a agua y a saneamiento es un mundo con más salud y, sin duda, mejor para todos”.