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La otra cara de las "energías verdes"

Sobre el blog

Cristina Garzás Porras
Estudiante de segundo año del Master en Ingeniería Química en la Universidad Politécnica de Madrid especializada en la rama de Medio Ambiente y Procesos.
  • otra cara "energías verdes"

El litio es un elemento químico con numerosas aplicaciones, siendo una de las más habituales su empleo como ánodo para la fabricación de baterías, debido a su elevado potencial electroquímico y a su gran conductividad térmica y eléctrica.

El litio no se encuentra en estado libre en la naturaleza debido a su alta reactividad, sino que está presente, principalmente, en salmueras y, en menor medida, en forma de cloruros en el agua de mar y en forma de rocas sedimentarias y pegmatitas y para su obtención se emplean distintos procesos de extracción.

Debido al cambio en la mentalidad de la sociedad, la lucha por la reducción de contaminantes que contribuyen al llamado cambio climático y la búsqueda de la descarbonización abandonando los combustibles fósiles, el empleo de energías denominadas limpias, así como de vehículos eléctricos ha aumentado considerablemente y con ello la demanda de litio (necesario para la fabricación de las baterías eléctricas).

Todo ello ha llevado al surgimiento de nuevos negocios entorno a la extracción y explotación del Litio que, lejos de ser la solución contra el cambio climático, se está convirtiendo un problema para muchos países, bebido a numerosos problemas que trae consigo su explotación.

Algunas regiones de países como México y Argentina están sufriendo las consecuencias de la fiebre del ya denominado “Oro blanco” dado que tanto empresas como países pretenden enriquecerse a costa de aquellos territorios en los que se puede explotar la extracción de Litio, causando importantes problemas que afectan a los habitantes y a la biodiversidad de estos territorios.

En Argentina, los yacimientos de litio se encuentran en salares de altura en la ecorregión de Puna. Por otro lado, en Sonora, México, se encuentra uno de los yacimientos de Litio más grandes del mundo.

La extracción de litio de salares requiere de la perforación de la corteza hasta alcanzar estos salares subterráneos que contienen grandes cantidades de agua salobre con litio; la salmuera extraída se deposita en piscinas de evaporación y concentración en las que se evapora el agua por efecto de la radiación solar y del viento concentrándose las salmueras por la precipitación de las sales; por último, las salmueras concentradas se tratan en una planta de producción de carbonato de litio. Este proceso de extracción es lento, ya que puede durar entre seis meses y dos años, pero es el más barato.

Estas zonas presentan un elevado estrés hídrico y estos salares suponen reservas de agua dulce muy importantes para la biodiversidad y para la población, ya que son cuencas endorreicas compuestas por un área de agua salobre con litio y otra, con agua dulce; la alteración en los niveles de agua salobre podría movilizar el agua dulce hacia el área salina provocando un aumento del estrés hídrico de la zona debido a la salinización de las reservas de agua dulce. Esta disminución de la cantidad de agua dulce disponible afectaría a la vegetación, la vida animal y el uso humano, tanto para consumo como para su empleo en actividades económicas primarias de las comunidades locales.

Otro de los métodos de extracción de litio es a partir de rocas sedimentarias; para ello se realizan excavaciones en la corteza terrestre hasta la localización de rocas que contengan litio, siendo las más comunes las Espodumenas. Este método de extracción requiere de grandes superficies de terreno, lo que produce el desmantelamiento de toda la vegetación, afectando a su vez a las especies animales que allí habitan. Tras la localización de rocas de litio, se trituran, empleando para ello agua hasta formar una pasta que se seca al aire, hasta separar el litio de la roca; a continuación, se filtra y se calienta a temperaturas entre 950-1000 grados centígrados; por último, se agregan químicos que reaccionan con el litio para, posteriormente, mediante una lixiviación con agua caliente y una purificación se obtenga el deseado carbonato de calcio. Este proceso de extracción es más corto, alrededor de dos meses, pero más costoso.

Como hemos visto, estos procesos de extracción son largos, consumen mucha energía, requieren de grandes cantidades de agua y además son origen de contaminación debido al empleo de productos químicos.

Por estos motivos, el afán por la búsqueda de energías limpias puede terminar por llevarnos en la dirección contraria a la que se pretende ir, ya que el agua es uno de los recursos más importantes para la supervivencia del mundo tal cual lo conocemos.