En el pasado webinar celebrado por ONGAWA en torno al ineficaz avance del ODS 6 y las barreras que lo obstaculizan, Josefina Maestu, exdirectora de la Oficina de Naciones Unidas del Decenio del agua 2005-2015, tomó la palabra y comenzó su intervención hablando de la financiación. «Es necesario multiplicar por cuatro las inversiones que se están haciendo en este momento en servicios básicos de agua y saneamiento».
Las inversiones en servicios básicos de agua y saneamiento, dijo, son locales y pequeñas por naturaleza; sin embargo, los fondos de los organismos de financiación internacionales han priorizado grandes poblaciones, grandes infraestructuras y asentamientos formales. De este modo, Maestu recordó que África es una de las regiones con más problemáticas en el saneamiento. En alcance de las inversiones no llega a los más vulnerables y se estima que la mayor parte de las subvenciones van al 20% que más tienen.
Como consecuencia de ello, Unicef y SWA están desarrollando instrumentos para supervisar cómo se está gastando el dinero en agua y saneamiento. «Una de las grandes posibilidades de financiación en África es conseguir que un 30% de los fondos para adaptación al clima se puedan usar para inversiones en agua y saneamiento», concluyó.